“La revolución de la medicina estética: prevención y belleza natural” en la revista Mujer Hoy

Los rellenos dérmicos se imponen como los mejores aliados para retrasar el envejecimiento desde joven, pero siempre respetando la armonía y la simetría del rostro.

Te sientes más joven de lo que te ves en el espejo? ¿Abrazarías a todo aquel que te dice eso de “creía que eras mucho más joven, parece que tienes cinco años menos”? No desesperes. No eres la única. Concretamente a más del 55% de españoles no le gusta que su rostro refleje más años de los que biológicamente tiene. El mismo porcentaje afirma que le preocupa su rostro y un 36% de la población confiesa que hay zonas de la cara que podrían ser mejoradas, según el estudio Patient funnels global report – Facial (combined), realizado por Kantar Health para Allergan. Además, un 38,2% agrega que es extremadamente importante tener el mejor aspecto posible.

Por eso, no es de extrañar que los pacientes de las consultas de medicina estética aumenten sin cesar en nuestro país a la par que las técnicas y los rellenos dérmicos son cada vez más vanguardistas para conseguir abordar de una manera integral el rejuvenecimiento facial. Todo ello está marcando una nueva tendencia en la medicina estética que deja atrás esas imágenes excesivas (y de otros tiempos) de caras inexpresivas para poner en el centro la importancia de la belleza natural. Bienvenidas a la era de la medicina estética como forma de prevención y siempre basada en la armonía, la simetría y el equilibrio. La medicina estética entendida como un método para conseguir la mejor versión de nosotras mismas gracias a tratamientos no invasivos y sin necesidad de pasar por un quirófano.

Un 30,5% de los españoles se hizo un tratamiento de medicina estética en 2017, según los informes de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). Esto supone un 8% más respecto al año 2013. Además, a nivel mundial, tal y como recogen las estadísticas de la ISAPS (Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética), se realizaron más de 3,2 millones de tratamientos con ácido hialurónico. Es, de hecho, uno de los más demandados también en nuestro país, tal y como confirman los especialistas en medicina estética reunidos en una mesa de debate organizada por MujerHoy y Allergan en el Instituto de Microcirugía Ocular de Barcelona.

“La evolución de la medicina estética en las últimas dos décadas ha sido espectacular”, garantiza la doctora Cristina Villanueva, directora de la Clínica Dra. Cristina Villanueva de Barcelona. “Siempre hay que elegir el tratamiento más adecuado a la edad que tenemos. Envejecer vamos a envejecer, pero todos queremos envejecer lo mejor posible”, añade. Por ello, incide en la importancia de poner el foco en el poder de la medicina estética para prevenir el envejecimiento, pero también como la mejor forma de dejar atrás falsas creencias que suelen asociarse a los rellenos dérmicos. El problema, agrega, “es la mala fama histórica y la confusión que generan muchas sustancias como los antiguos rellenos de parafina y silicona, que han sido un verdadero desastre y sobre los que hay muchos mitos”.

El ácido hialurónico es “el relleno más utilizado”. Es una molécula que se encuentra en nuestra piel y que tiene alta capacidad para atraer y retener el agua, por lo que interviene en el proceso de hidratación dérmica. “Como relleno, aparte de la hidratación, proporciona soporte, consiguiendo restaurar la pérdida de firmeza de los tejidos”, añade la doctora Raquel Moreno, directora de la Clínica de Medicina Estética Eres de Madrid. “Mediante la sofisticación de las técnicas y el perfeccionamiento de las propiedades moleculares, los rellenos de ácido hialurónico se convierten en la herramienta perfecta para tratar el envejecimiento desde todos sus planos, con resultados inmediatos y con una durabilidad de entre 12 y 18 meses”.

“En el proceso de envejecimiento influyen otros muchos factores como el envejecimiento del hueso, el desplazamiento de los paquetes de grasa hacia abajo y hacia adelante o el envejecimiento cutáneo. Todos esos factores son los que hacen que realmente una persona se vaya haciendo mayor. El verdadero trabajo de un profesional es hacer un buen diagnóstico facial viendo la cara por completo, no solo la arruga. La arruga es solamente el síntoma, pero no la verdadera causa”, asevera la doctora Moreno. De ahí, ejemplifica, que si alguien va a su consulta a tratarse las líneas de marioneta les haga ver que aplicar ácido hialurónico directamente en ellas les conferirá un aspecto más artificial. Sin embargo, tratando las partes laterales del rostro, para dar más soporte arriba y más contorno abajo, se consigue un “verdadero efecto lifting sin necesidad de cirugía”, según su experiencia.

El reto: una belleza natural

“En las líneas de marioneta y los surcos nasogenianos es donde más se nota el efecto de gravedad de la cara”, añade la doctora Moreno. De hecho, es uno de los tratamientos más demandados en medicina estética, junto con los labios. Lo confirma también el doctor Francisco Ortiz, director de la Clínica Doctor Ortiz Teknobell de Sevilla, quien agrega que los labios son el área anatómica más importante del rostro, por lo que “con un producto adecuado y un buen profesional, se puede conseguir el resultado buscado siempre respetando la armonía del rostro y del labio”. Porque en eso es precisamente en lo que coinciden los siete doctores: la medicina estética ya no son esos labios y pómulos excesivos ni esas caras carentes de expresividad sino armonía, simetría y naturalidad.

“El problema son las redes sociales. Muchos jóvenes demandan labios que han visto en internet, pero a los profesionales no nos convencen. Nuestro trabajo consiste en reaconsejar al paciente haciendo un diagnóstico personalizado de su rostro, explicarle que no puede tener los labios de esa famosa y que lo mejor es conseguir resultados naturales. Esto no es una fábrica de poner labios”, dice rotundo el doctor Ortiz.

“La medicina estética debe hacerla un médico, nunca otra persona o profesional de otro sector”, apunta categórico el doctor Fernando Urdiales, director del Instituto Médico Miramar de Málaga y San Pedro de Alcántara. “Una consulta de medicina estética seria no es en la que ves una lista en la pared que pone labios, 40 euros; pómulos, 50 euros. Es la que ofrece un diagnóstico y un tratamiento a medida para cada paciente y para toda la vida. Buscamos una respuesta guau que haga que el paciente siga cuidándose durante toda la vida”. Ese es uno de los mensajes clave que, insiste, deben llegar sobre todo a los jóvenes porque “tienen mucha información errónea que ven en las redes sociales, pero poco conocimiento”.

Prevención e hidratación

La auténtica revolución de la medicina estética, convergen los siete doctores, pasa por su normalización. “La medicina
estética hay que verla como una medicina preventiva. Es el futuro”. Así lo afirma la doctora Mar Mira, directora de la Clínica Mira + Cueto de Madrid. “Es el futuro porque con poco se puede ir llevando y dirigiendo el paso del tiempo para que siempre estés bien. Todos vamos a envejecer, pero si empiezas pronto a cuidarte vas a llegar estupendamente”.

Por eso, explica, “es muy importante percibir las primeras señales tempranas del proceso de envejecimiento que nos pueden llevar a un tratamiento mucho más productivo. No tiene por qué pasarte lo que antes le podía pasar a tu madre, en el sentido de que no teníamos los instrumentos y las técnicas actuales de la medicina estética para trabajar en una dirección en la que vamos a hacer belleza y prevención”.

Para el doctor Urdiales el segundo cambio más importante que está experimentando la medicina estética es la incorporación de los old millennials, gracias a esa concienciación de la prevención. Confirma que por sus consultas pasan hoy dos y hasta tres generaciones de una misma familia. “Vienen las madres de 50-60 años, esas mujeres que siempre se han pasado la vida cuidando de los demás y ahora se empiezan a cuidar ellas, y sus hijas millennials, de entre 30 y 40 años, que han entendido que se empieza a envejecer a partir de los 30 años, un momento en el que ya se pueden ir atenunando esos signos para que la edad biológica sea igual a la del DNI”.

De un modo u otro, lo que sí deja claro la doctora Elia Roó, directora de la Clínica Dermatológica Roó de Madrid, es una máxima imprescindible para cualquiera: “Hay cuatro claves fundamentales para el cuidado de la piel: una higiene adecuada, hidratación, fotoprotección y llevar una vida saludable. Algo cada vez más importante, no fumar, hacer ejercicio físico y llevar una dieta equilibrada. Para prevenir un envejecimiento prematuro de la piel la clave es la hidratación. ¿Por qué? Porque es la barrera que nos protege de las agresiones externas. Si esa barrera no funciona, la piel envejece”. De hecho, matiza, diversos estudios afirman que utilizando ácido hialurónico en la dermis, entre el 70% y 90% de los pacientes consiguen una piel más hidratada. “La prevención debe empezar entre los 30 y 35 años, que es cuando notamos los primeros signos de envejecimiento porque perdemos, de media, un 6,5% de colágeno por década. El envejecimiento es totalmente diferente cuando se empieza a tiempo”, zanja la doctora Roó.

¿Y el futuro?

Prevención y embellecimiento de la mano del análisis diagnóstico. Esas son las dos palabras clave del presente y del futuro de la medicina estética. Lo artificial ha pasado a mejor vida y, como señalan las doctoras Mira y Roó, hoy se imponen técnicas muy sutiles para embellecer el rostro con determinados rellenos de ácido hialurónico que pueden convertirse en tratamientos preventivos del envejecimiento desde que somos jóvenes.

“El desarrollo de los productos en la próxima década va a ser brutal”, analiza el doctor Ortiz, pero “el futuro van a ser las manos: quién y cómo te hace un tratamiento”. “Será una mezcla de ciencia, intuición y arte, combinado con la experiencia”, señala la doctora Mira. Porque, en el fondo, como remata el doctor Urdiales, “el apogeo de la medicina estética lo que evidencia es que la sociedad quiere cuidarse, y eso demuestra ilusión y ganas de vivir”.

Puedes encontrar el artículo original en la Revista Mujer Hoy

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