Todas las personas sudan, es a través del sudor que nuestro organismo regula su temperatura. Algunas personas tienen una cantidad de sudor superior a lo habitual. Este trastorno se denomina hiperhidrosis.

La hiperhidrosis es muy frecuente y hasta un 3% de la población sufre de algún exceso de sudoración y un 1,4% sufre de hiperhidrosis axilar.

En algunos casos puede estar asociada a alguna enfermedad subyacente pero lo más frecuente es que no haya causa evidente alguna aunque algunos factores como el ejercicio, los cambios de temperatura, el alcohol, alimentos picantes, el estrés o la ansiedad puedan agravarla.

Se cree que esta hiperactividad está asociada a alguna alteración del sistema nervioso simpático, sistema regulador de importantes funciones en el ser humano.

La hiperhidrosis puede producirse en varias zonas del cuerpo, las más frecuentes son las que tienen mayor concentración de glándulas sudoríparas como son las axilas, las manos , las ingles y los pies.

Existen varios tratamientos convencionales para el tratamiento de la hiperhidrosis, como:

  • Utilizar antitranspirantes y desodorantes
  • Evitar los factores desencadenantes
  • Mantener ambiente fresco con ropa holgada y de algodón
  • Permanecer relajado.

Si estos tratamientos no son suficientes y la transpiración continúa siendo un problema, existe un tratamiento a base de neuromoduladores que inhibe la sudoración en la zona afecta de 5 meses a un año.

El tratamiento se realiza infiltrando en la zona una pequeñísima cantidad de neuromoduladores con unas agujas muy finas, por lo que es prácticamente indoloro y los efectos empiezan a manifestarse a partir del cuarto día produciéndose una disminución drástica de la sudoración en la zona tratada.

Si la sudoración interfiere con frecuencia en su actividad normal, mancha mucho la ropa o es motivo de preocupación para usted, el tratamiento con neuromoduladores es una solución muy cómoda, de larga duración y sin efectos secundarios.

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